Mi primer libro significó una gran sanación interna y un sueño cumplido que tenía desde que era una niña. El valor era muy grande para mí. Siempre lo veía con amor y lo abrazaba, pero un día dejó de ser así.

Una mañana comencé a escribir en mi diario, pude analizar la razón por la cuál ya no quería saber de mi libro y ya no lo veía con el mismo amor y significado que tenía para mí. La frase que escribí me la dijo una persona, que hizo una crítica muy fuerte sobre mi libro y yo, inconscientemente, comencé a repetirme esa misma frase todos los días, sin darme cuenta.

Justo en ese momento, que hice consciente que esa frase no era mía y era una mentira, la saqué de mí y volví a amar mi libro.

Puede que a veces, recibas perspectivas de otras personas que están alejadas del amor y de lo que a ti te genera entusiasmo y emoción.

Nuestro cerebro absorbe información para mantenernos protegidos, pero no siempre esa información nos conecta con nuestra verdad.

Te quise poner este ejemplo, porque a veces hay metas, personas, momentos y lugares que significan algo hermoso para nosotros, pero quizá de la forma más inocente alguien viene y ensucia ese significado.

No permitas que la percepción de alguien ensucie la tuya.

Lo más importarte, es recordar que cada persona percibe el mundo de forma distinta, he podido vivirlo en muchos momentos. He podido ser, hacer y hablar de una manera que a mí me ha gustado mucho, pero luego recibo críticas muy fuertes y, al final, me he dado cuenta que lo correcto jamás será lo que te digan de afuera. Lo correcto siempre va a ser lo que está conectado con lo que te emociona y entusiasma a ti, porque justo allí estás siendo en tu máxima expresión y tu base es el amor.

Confía en el concepto que tienes de ti y de tu vida.

Nada es más sincero que lo que viene del corazón, todo lo demás son percepciones empañadas.

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